
Lux, la personificación altiva y rubia de las luces de mi sala, acaba de notificarme que estamos saliendo. Sí, leíste bien. Una lámpara. Con la única condición, por supuesto, de que siga sus «reglas». Reglas notables, por cierto: cenas diarias en los restaurantes más chic, sexo —o lo que sea que eso signifique con una lámpara— solo cuando ella decida filmar para su cuenta de «Fans Only» (sí, una lámpara influencer, lo juro), y el fin de la relación en cuanto encuentre a alguien «más rico o más famoso». Acepta esto, y su quebradizo «amor» es tuyo.
Mi primer impulso fue desconectar todas las lámparas de la casa y tirarlas a la calle. En su lugar, me encontré coqueteando con la sombra bajo mi viejo globo terráqueo, esperando una cita menos… iluminada. Y es que así es como comienza la absurda y, sin embargo, extrañamente familiar, odisea de Date Everything, el nuevo simulador de citas de Sassy Chap Games.
Cuando tu sofá te pide el divorcio: Un espejo hilarante de nuestras vidas amorosas
Imagínate esto: un día te despiertas y descubres que tu tostadora tiene más personalidad que tu última cita de Tinder. O que tu refrigerador te juzga por tus hábitos alimenticios. Esa es la premisa de Date Everything, un juego que te permite cortejar objetos cotidianos de tu casa: tu sofá, tu lavadora y, por supuesto, las lámparas y los interruptores de luz que te rodean. La idea suena a chiste, ¿verdad? Pero la genialidad radica en su retorcido realismo.
Hace siete años, en un cruce de caminos entre la brillantez y la desfachatez, los reconocidos actores de doblaje Ray Chase y Robbie Daymond dieron vida a esta locura. Chase, la voz de Noctis en Final Fantasy 15 y Cyclops en X-Men ’97, y Daymond, conocido por ser Goro Akechi en Persona 5 y Tuxedo Mask de Sailor Moon, se lanzaron a esta aventura sin un trasfondo formal en desarrollo de juegos. La visión de Daymond era simple y audaz: «¿Y si simplemente sales con todo lo que hay en tu casa?». Así nació Sassy Chap Games, una empresa formada con un único propósito: dar vida a esta peculiar idea.
El juego te sitúa en un futuro no tan lejano donde la IA ha ocupado tu puesto de trabajo, dejándote con un exceso de tiempo libre. De repente, unas misteriosas gafas «Dateviator» llegan a tu puerta, revelando la sorprendente verdad: los objetos de tu hogar pueden hablar, coquetear y, sí, ser tus potenciales parejas. Tu misión: forjar relaciones de amistad, amor o, como en mi caso con Lux, ¡odio puro! El juego no solo te permite tener múltiples «amantes», sino que te anima activamente a explorar un vasto universo de posibilidades. «Se llama Date Everything, no romance everything», bromea Robbie Daymond, cofundador de Sassy Chap. Y es que, al igual que en la vida real, no todos los encuentros serán idílicos. Algunos «personajes» han sido escritos específicamente para que los odies, porque, como Daymond apunta con una pizca de ironía: «probablemente tuviste una cita en algún momento de tu vida con un villano».
¿Poliamor con perchas? La cruda verdad de nuestras relaciones digitales
La única regla inquebrantable de Date Everything: no puedes salir con nada que tenga alma. «Eso abre una caja de Pandora de conversaciones incómodas sobre seres vivos y relaciones», explica Daymond. Y es precisamente esta restricción la que, irónicamente, permite al juego explorar las complejidades de las interacciones humanas de una manera que pocos simuladores de citas se atreven.
Ray Chase, quien fue el diseñador narrativo principal y también prestó su voz en el juego, explica que, a diferencia de los simuladores de citas tradicionales donde eliges una única ruta, «este es un juego que celebra el poliamor por definición: estás saliendo con todo». Puedes enamorarte de tu estantería, ser amigo de tu batidora, o tener una relación puramente sexual con tu mando a distancia. La diversidad de experiencias es tan amplia como la de las personas en la vida real. Hay personajes con advertencias de contenido por acoso, otros son francamente groseros, algunos son pegajosos y otros solo buscan sexo casual. Incluso hay personajes asexuales o arománticos, reflejando el caleidoscopio de formas en que se puede expresar el amor y la amistad.
«Estamos contando una historia con muchas formas diferentes en que se puede expresar el amor», dice Chase. Y aunque la premisa de «salir con objetos» es inherentemente absurda, Date Everything se acerca más a la realidad de las citas modernas que muchos juegos del género. Tu personaje, desempleado y con la sombra de la avaricia capitalista cerniéndose sobre su antigua vida, se enfrenta a la dificultad de encontrar conexiones significativas, incluso con objetos. A veces no hay química, otras veces te encuentras con «personajes» que reflejan lo peor de la sociedad actual.
Amanda Hufford, quien también escribió y actuó en el juego, argumenta que el propósito del género de simulación de citas es «encarnar la experiencia humana». Y a medida que esta experiencia evoluciona, también debería hacerlo el género. La variedad es tan importante en el juego como en la vida real: «Sales con gente, los conoces a diferentes profundidades, durante diferentes períodos de tiempo, y eso es realmente importante para explorarte a ti mismo y cómo experimentas las relaciones con otras personas». Incluso encontrar personajes que no te agradan, según Hufford, es un aprendizaje valioso. «Aprendes algo sobre ti mismo, no solo como jugador, sino también como persona, que era el objetivo».
En mi caso, resultó que no estoy muy interesada en salir con influencers egocéntricas, aunque sean lámparas. Cuando Date Everything me dio la opción de diálogo para terminar mi tiempo con Lux, la acepté con gusto: «Cambio de opinión. Te odio a la mierda».
Pero la pregunta que me persigue es: en un mundo donde el amor y la conexión se redefinen constantemente, ¿es Date Everything solo un juego satírico o un presagio de hacia dónde se dirigen nuestras propias relaciones? ¿Estamos tan absortos en lo digital y lo superficial que un día preferiremos la compañía de un objeto bien diseñado a la de una persona compleja y, a veces, difícil?
Fuentes que iluminan el camino:
- Wired. (s.f.). A Game Called Date Everything Literally Lets You Date Everything—Except People. Recuperado de https://www.wired.com/story/a-game-called-date-everything-literally-lets-you-date-everything-except-people/
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