¿Quién necesita dictadores cuando tienes democracia blindada?


EEUU: Cuando la democracia se rodea de tanques, quizá no esté defendiéndose… sino apuntando.
13 de junio de 2025
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Por: X Mae

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Una señora de 66 años sostiene una pancarta que dice “No somos soldados, somos vecinos”. A su lado, una fila de jóvenes con mochilas escolares alzan los brazos frente a una tanqueta. En Los Ángeles, la escena parece sacada de una película distópica. Pero es real. Es miércoles. Son las 4:12 p. m. Y la ciudad —al igual que muchas otras en EE. UU.— ha dejado de parecerse a sí misma.

La Guardia Nacional no vino a ayudar tras un huracán. No vino a repartir agua en medio de una emergencia sanitaria. Vino a “calmar” lo que la Casa Blanca ha llamado disturbios. Pero si preguntas a Lynn Sturgis, la profesora jubilada que marchaba ese día, la única tormenta que hay es la que desató Washington. “Nuestra ciudad no está en llamas. No se está incendiando, como intenta hacer creer nuestro terrible líder”, dijo sin temblarle la voz.

Manifestaciones iniciaron hace ya una semana en Los Ángeles, más de 1.000 personas marchando este miércoles por sexto día consecutivo (REUTERS/David Swanson)

Y aquí es donde empieza a arder lo incómodo: ¿cuándo exactamente se volvió normal que militares con uniformes sin identificación secuestren —sí, secuestren— personas en estacionamientos de iglesias? ¿Dónde quedó el límite entre la seguridad nacional y el delirio autoritario?

El gobernador Gavin Newsom parece estar preguntándose lo mismo. Desde Sacramento, se bate a duelo legal con la administración Trump para impedir que las tropas federales participen en arrestos migratorios. “La democracia está siendo atacada frente a nuestros ojos”, denunció. Mientras tanto, Trump, en su infinita ironía, celebraba su cumpleaños número 79 asistiendo al musical Les Misérables —como si no notara el guiño trágico.

¿Quién lo iba a decir? En 2025, los tanques ya no desfilan solo por las guerras en ultramar. Desfilan por las calles de tu barrio, en nombre de la ley, del orden y de una supuesta “invasión”. Porque eso dijo el presidente: que esto se trata de una “invasión de migrantes ilegales”. Palabras que transforman a personas en enemigos, y a la empatía en debilidad.

Pero, ¿qué ocurre cuando el enemigo no lleva armas, sino papeles sin firmar? ¿Qué pasa cuando la supuesta amenaza habla español, limpia oficinas, estudia en la secundaria local, o simplemente reza en el templo equivocado?

En Downey, suburbio de Los Ángeles, una pastora vio cómo cinco hombres armados y sin placas detuvieron a un feligrés. Ella intentó acercarse. Le apuntaron con un arma. “Usted retroceda”, le ordenaron. Ella retrocedió. ¿Qué harías tú?

Mientras eso pasaba, 4.700 miembros de la Guardia Nacional se desplegaban como piezas de ajedrez sobre el tablero nacional. 1.000 de ellos ya operaban en “apoyo” de ICE. Otros 700 marines en activo se entrenaban para intervenir en disturbios. ¿Y el costo? 134 millones de dólares. Una cifra obscena para una guerra sin frente claro. ¿Quién gana realmente con todo esto?

La calle no se quedó callada. Ni se quedó sola. En St. Louis, en Indianápolis, en Manhattan, en San Antonio. En Raleigh y hasta en Spokane, donde la policía usó balas de pimienta para “disuadir” a quienes exigen respuestas. Más de 30 detenidos. ¿Por qué? Por alzar la voz.

Y este sábado, mientras Trump se regocija entre tanques y helicópteros en el desfile militar más grande desde 1991, un movimiento llamado “No Kings” prepara una nueva jornada de protesta. Porque para muchos, el problema ya no son las redadas. Es la idea de un país que empieza a parecerse más a una república bananera que a una democracia modelo.

Y la pregunta inevitable llega, como golpe seco:
¿Cuándo dejamos de ver las botas en la calle como una advertencia y empezamos a verlas como paisaje?


📎 Con información de fuentes verificables:
Infobae – 12 de junio de 2025


💬 ¿Tú qué opinas? ¿Crees que la seguridad nacional justifica esta escalada o estamos normalizando el autoritarismo disfrazado de orden? Te leo en los comentarios.