Grand Theft Auto: ¿Diversidad de qué? Cuando el pensamiento reemplaza a las personas


Cuando las empresas cambian inclusión por discurso, ¿quién queda realmente afuera del juego?
6 de junio de 2025
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Por: X Mae

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En 2020, tras el asesinato de George Floyd, las corporaciones corrieron —algunas a tropiezos, otras con convicción— a declarar su compromiso con la justicia social. Era una época en que incluso las empresas más herméticas desempolvaban sus redes sociales para pronunciarse sobre racismo, inclusión y derechos humanos. Take-Two Interactive, editora de la multimillonaria franquicia Grand Theft Auto, no fue la excepción. En su informe anual del 2024, se jactaba de apoyar a estudiantes de diseño de videojuegos pertenecientes a minorías, de celebrar diferencias culturales y de respaldar derechos LGBTQ+.

Un año después, ese informe parece haber sido escrito por otra compañía.
¿Quién decidió que “diversidad de pensamiento” era un sustituto aceptable para la diversidad real?

En su último informe 10-K, la misma Take-Two que alguna vez habló de “erradicar la injusticia social” ahora apenas roza el tema. En su lugar, una frase reluciente y ambigua: “Creemos firmemente que la diversidad de pensamiento impulsa la innovación que es clave para nuestro éxito.”

¿Dónde quedaron las becas?
¿Las declaraciones de apoyo?
¿Los compromisos?
Borrados. O, en el mejor de los casos, sustituidos por una fórmula que suena a filosofía de LinkedIn escrita por una IA con alergia a la controversia.

Pero este cambio no ocurre en el vacío. Forma parte de una tendencia más amplia: compañías en tecnología, retail y, ahora, gaming, están desmantelando en silencio sus programas DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión). ¿Por qué?
Porque la marea política ha cambiado.
Porque decir “DEI” ya no es marketing, sino un riesgo.

Donald Trump, de vuelta en el centro de poder, ha puesto en la mira todo lo que huela a justicia social. Bajo su sombra, el lenguaje corporativo se moldea con cuidado quirúrgico: evitar el “despertar”, pero sin alienar al mercado. Así nace esta nueva máscara corporativa: la “diversidad de pensamiento”.

¿Y cómo se traduce eso en la práctica?
Para Daniel Oppong, fundador de The Courage Collective, es una salida fácil. Una forma elegante de decir “no vamos a contratar a nadie diferente, pero prometemos pensar diferente entre nosotros mismos”. Porque claro, cuando la sala de juntas está llena de hombres blancos cishet que estudiaron en la misma Ivy League, la diferencia de pensamiento se sobreentiende… ¿o no?

Lo que asusta no es solo lo que se dice, sino lo que se deja de decir.
El informe 2025 de Take-Two omite toda referencia a los grupos que antes celebraba. No hay más promesas a diseñadores negros. No hay más guiños a comunidades queer. Solo el eco de una palabra: “innovación”.
Porque ahora, al parecer, innovar es suficiente.

Y no, esto no es solo un tema empresarial. Es cultural. Es político. Y sí, es profundamente humano.

GTA VI, el nuevo buque insignia de Take-Two, incluirá una protagonista latina. Un gesto interesante, considerando que buena parte del sector “anti-woke” tilda a personajes como ella de símbolos del supuesto declive moral de Occidente. ¿Cuántos jugadores la celebrarán como reflejo de la diversidad americana, y cuántos la atacarán como propaganda disfrazada?

Tal vez en Take-Two alguien piense que eso también es diversidad de pensamiento.

Pero hay algo que debemos preguntarnos todos, consumidores, desarrolladores, creadores y críticos:

¿De verdad podemos hablar de diversidad si empezamos por silenciar a quienes la encarnan?


Fuentes verificables:

Tu voz importa. ¿Qué opinas tú de esta transición? ¿Es una evolución natural o una retirada disfrazada?