¿Cuándo dejó de ser la conquista del cosmos un hito para convertirse en una estrategia de marketing más? Porque si alguien me hubiera dicho hace unos años que veríamos a una estrella del pop ascender a la frontera del espacio para, literalmente, cantar las novedades de su gira, lo habría tachado de ciencia ficción barata. Pero aquí estamos. El pequeño cohete New Shepard de Blue Origin despegó este lunes, sí, con seis mujeres a bordo. Un titular que en otro contexto resonaría con fuerza por la histórica ausencia masculina (la primera misión espacial sin hombres desde 1963, ¿lo asimilamos?), pero que hoy se diluye entre flashes y canciones reveladas en microgravedad.

Katy Perry. Su nombre, inevitablemente ligado a melodías pegadizas y puestas en escena espectaculares, ahora también flota sobre la línea de Kármán. ¿El qué hizo allí arriba? Aparentemente, experimentar la ingravidez durante tres fugaces minutos junto a Lauren Sanchez (la prometida de Jeff Bezos, que dicen fue la artífice de esta peculiar selección femenina para «inspirar»), la periodista Gayle King, la ex científica de la NASA Aisha Bowe, la investigadora Amanda Nguyen y la productora Kerianne Flynn. Un grupo heterogéneo, sin duda. ¿Pero quiénes realmente protagonizaron este show? La respuesta parece orbitar claramente alrededor de la cantante, cuyo «momento promocional» eclipsó cualquier otro logro o propósito declarado de la misión NS-31.

La pregunta del por qué se responde sola, ¿verdad? En un mundo donde la atención es la moneda más valiosa, ¿qué mejor manera de generar titulares globales que combinar la fascinación ancestral por el espacio con el brillo innegable de una celebridad de primer nivel? El concierto de apertura de su gira en México ya tiene banda sonora espacial, literalmente. Y nosotros, los espectadores terrestres, asistimos al espectáculo con una mezcla de asombro y un creciente escepticismo.

¿Cómo llegamos a este punto? El camino desde Dennis Tito, el primer turista espacial que pagó una fortuna por su aventura orbital en 2001, hasta este vuelo donde una artista aprovecha la ventana de ingravidez para anunciar su setlist, parece haberse acortado peligrosamente. La democratización del acceso al espacio, impulsada por la reducción de costes gracias a cohetes reutilizables como el New Shepard (cuyo precio por esos diez minutos cósmicos se estima en más de un millón de dólares), está abriendo las puertas a un nuevo tipo de «influencer» interplanetario. Ya vimos al Capitán Kirk, William Shatner, emocionarse al contemplar la Tierra desde la misma nave en 2021. Antes, Jesús Calleja nos narró su propia experiencia para un documental. La lista de famosos que han cruzado la frontera espacial con Blue Origin no para de crecer.

Pero, ¿dónde queda la épica, la exploración, el espíritu pionero? ¿Se diluye todo en la búsqueda del impacto mediático instantáneo? Ver a Oprah, Kris Jenner o Khloe Kardashian observando el lanzamiento desde la plataforma, como si de la alfombra roja de un estreno se tratara, no hace más que reforzar la sensación de que el espacio, ese último santuario de lo desconocido, se está convirtiendo en un decorado de lujo para campañas de marketing cada vez más audaces. Ir al espacio, ¿es ya tan común como una visita a un plató de televisión? La pregunta resuena con fuerza.

¿Cuál es el límite? ¿Veremos pronto anuncios flotando en la órbita baja? ¿Entrevistas cósmicas en directo? Quizás la verdadera frontera a explorar ahora no sea la espacial, sino la de nuestra propia capacidad de asombro y la manera en que permitimos que la publicidad colonice hasta los confines (hasta ahora) inalcanzables.

Mientras tanto, pienso en aquella persona de las 719 que han viajado al espacio que prefirió permanecer en el anonimato. Hoy, su silencio resuena con una fuerza particular.

¿No creen que hemos normalizado demasiado lo extraordinario, hasta el punto de convertir un viaje espacial en un simple teaser de una gira musical?

Fuentes:

• Xataka: https://www.xataka.com/espacio/katy-perry-ha-aprovechado-su-viaje-al-espacio-para-promocionar-su-gira-ir-al-espacio-como-ir-a-hormiguero
• Fotografía: Blue Origin