En 1984, en una modesta tienda de Los Ángeles, los inmigrantes surcoreanos Do Won Chang y su esposa Jin Sook plantaron la semilla de lo que se convertiría en un imperio de la moda rápida: Forever 21. La marca ofrecía ropa asequible y a la moda para jóvenes, expandiéndose rápidamente por centros comerciales de Estados Unidos y el mundo. Para 2016, contaba con 800 tiendas a nivel global, 500 de ellas en Estados Unidos.

Sin embargo, el 17 de marzo de 2025, Forever 21 se declaró en bancarrota por segunda vez en seis años, anunciando el cierre de todas sus operaciones en Estados Unidos. La empresa citó la feroz competencia de minoristas extranjeros de moda rápida, como Shein y Temu, el aumento de los costos y los desafíos económicos que afectan a sus clientes principales como razones de su declive.

La primera declaración de bancarrota ocurrió en 2019, cuando la compañía cerró 200 tiendas y fue adquirida por un consorcio que incluía a Authentic Brands Group. A pesar de los esfuerzos por revitalizar la marca, Forever 21 no logró adaptarse a un mercado en rápida evolución, dominado por plataformas en línea y cambios en las preferencias de los consumidores.

La historia de Forever 21 es un reflejo de la volatilidad de la moda rápida y plantea preguntas sobre la sostenibilidad de este modelo de negocio. Mientras la marca se desvanece en Estados Unidos, sus operaciones internacionales, gestionadas por licenciatarios, continúan, dejando una lección sobre la necesidad de adaptarse y evolucionar en un mercado global en constante cambio

Autor: X Mae
Fuente: BBC
Imagen destacada: Getty Images