¡Nueve Meses Varados en el Espacio! Pero Tranquilos, Todo Está Bajo Control


Cuando Butch Wilmore y Suni Williams subieron al Starliner de Boeing, su misión era clara: una estadía de ocho días en la Estación Espacial Internacional (ISS). Lo que no sabían es que terminarían atrapados en órbita por más de nueve meses. Una «pequeña» demora que reconfiguró sus vidas y puso
16 de marzo de 2025
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Cuando Butch Wilmore y Suni Williams subieron al Starliner de Boeing, su misión era clara: una estadía de ocho días en la Estación Espacial Internacional (ISS). Lo que no sabían es que terminarían atrapados en órbita por más de nueve meses. Una «pequeña» demora que reconfiguró sus vidas y puso en evidencia los fallos de una industria aeroespacial donde la seguridad y la política caminan de la mano.

¿Qué salió mal?

El Starliner, una nave desarrollada por Boeing como competencia de SpaceX, presentó fallos críticos: problemas en los propulsores y fugas de helio que pusieron en duda su capacidad para traer a los astronautas de vuelta. La NASA decidió que no valía la pena el riesgo y optó por esperar la llegada de otra tripulación para devolverlos en la cápsula Dragon de SpaceX.

Es decir, la nave que los llevó no podía traerlos de vuelta. Y su rescate dependía de los tiempos y conveniencias de la política aeroespacial.

El costo humano de la espera

Para Williams, la ISS se ha convertido en su «lugar feliz». Pero, como dijo el astrofísico Simeon Barber, nadie espera que un viaje de trabajo de una semana se convierta en una ausencia de casi un año. Familia, amigos, momentos que nunca volverán.

Pongámonos en su lugar: imaginemos que tomamos un vuelo para una conferencia y nos informan que no podemos volver hasta dentro de nueve meses porque la aerolínea subestimó sus problemas técnicos. ¡Y que nuestro regreso depende de una empresa competidora que quizás nos haga un espacio en su próximo vuelo!

La lucha de egos sobre la seguridad

Boeing insistió en que el Starliner era seguro. Pero la NASA, tras múltiples retrasos y fallos en la nave, decidió no correr riesgos. Ahora, los astronautas volverán a casa en una cápsula de SpaceX, lo que es, en palabras del Dr. Barber, «un golpe embarazoso para Boeing». La rivalidad entre las grandes empresas aeroespaciales se juega en una cancha de miles de millones de dólares, donde los fracasos se maquillan y las polémicas se filtran como combustible en una nave defectuosa.

La politización del espacio

Como era de esperarse, esta situación se convirtió en un tema político. Trump y Elon Musk han acusado al gobierno de Biden de haber «dejado abandonados» a los astronautas por razones políticas. NASA lo niega, argumentando que todo se ha manejado con base en «razones técnicas y programáticas».

Pero, mientras los poderosos discuten, los astronautas esperan.

¿Hacia dónde vamos?

Este incidente no es solo una anécdota en la historia de la exploración espacial. Es una advertencia. Nos jactamos de avanzar hacia la conquista de Marte, de colonizar la Luna, de vivir en el espacio… pero si ni siquiera podemos garantizar un regreso seguro a nuestros astronautas en una misión experimental, ¿de qué estamos hablando?

Wilmore y Williams finalmente volverán a la Tierra. Pero sus nueve meses varados en el espacio deberían hacernos reflexionar: ¿hasta qué punto la exploración espacial es una odisea por el futuro de la humanidad y hasta qué punto es solo un reflejo de los mismos errores que cometemos en la Tierra?

Porque allá arriba, como aquí abajo, la competencia, el dinero y la política siguen siendo más poderosos que la ciencia y la seguridad.

Autor: X Mae
Fuente: BBC
Imagen destacada: NASA

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