En 2019, Disney nos vendió un sueño en ultra alta definición. «El Rey León» regresó a la pantalla con un realismo tan impresionante que hasta la savana africana parecía respirar. Pero, tras esa maravilla visual, había cientos de artistas digitales trabajando día y noche, con plazos imposibles y pagos que apenas reflejan el esfuerzo invertido. Ahora, el estudio que lo hizo posible está al borde del colapso.
Technicolor Creative Studios, dueño de MPC (el equipo detrás de «El Rey León» y la próxima «Blancanieves» de Disney), ha enviado un correo a sus empleados en Reino Unido y EE.UU.: «No vengan a la oficina». La empresa ha solicitado administración concursal en el Reino Unido y está al filo de la quiebra.
Si los artistas digitales son los alquimistas modernos, entonces Hollywood es el castillo donde se exige oro a cambio de cenizas. El problema es que estas cenizas tienen nombres, familias y cuentas por pagar. La industria del cine depende cada vez más de los efectos visuales, pero los estudios de VFX operan bajo una presión descomunal: presupuestos ajustados, contratos temporales y un mercado volátil. Y cuando la tormenta arrecia, como con la huelga de guionistas y la lenta recuperación post-COVID, son los artistas quienes pierden.
Lo irónico es que el público sigue consumiendo estas historias sin cuestionar cómo se hacen. Nos maravillamos con mundos ficticios, pero ignoramos las crisis muy reales que los crean. «Render in peace», escribió un veterano de la industria en Reddit. Un epitafio para una profesión que da vida a los sueños de otros mientras los suyos se desmoronan.
Así que la próxima vez que veas un león fotorrealista rugir en la pantalla, pregúntate: ¿cuántos artistas tuvieron que ser sacrificados para que esa magia sucediera?
Autor: X Mae
Fuente: BBC
Imagen destacada: Getty Images