En los últimos años, Xbox ha destacado por su innovador servicio Game Pass, una suscripción que ofrece acceso a una vasta biblioteca de videojuegos. Sin embargo, Game Pass Ultimate, que incluye Xbox Cloud Gaming, ha tenido dos grandes limitaciones: el bitrate y la disponibilidad de juegos en la nube. Pero esto podría estar a punto de cambiar.
¿Cómo Funciona Game Pass y la Nube?
Game Pass Ultimate ofrece dos beneficios principales: acceso a una amplia gama de juegos y la posibilidad de jugar en la nube a través de Xbox Cloud Gaming. Aunque todos los juegos incluidos pueden descargarse y ejecutarse localmente en PC o consolas, solo algunos títulos están disponibles para jugar en la nube. Esto significa que, si compras un juego que no está disponible en la nube, solo podrás jugarlo localmente. El soporte físico sigue siendo necesario en ciertos casos.
El Proyecto Lapland: Un Salto Gigantesco
Cuando Xbox Cloud Gaming se lanzó en 2019 (entonces conocido como xCloud), Microsoft prometió que en 2020 sería posible transmitir desde la nube los juegos de Xbox que ya poseías o que comprarías. Sin embargo, cinco años después, esta función aún no ha llegado. Pero parece que está en camino.
El proyecto interno, conocido como «Project Lapland», busca hacer realidad este objetivo. La idea es permitir a los usuarios jugar a cualquier juego de Xbox en la nube, independientemente del soporte, sin necesidad de una consola o un PC. Esto significa que podrías comprar y jugar juegos de Xbox en tu tableta, móvil o cualquier dispositivo con conexión a Internet.
El Paso que la Nube Necesita
El problema actual con los juegos en la nube es que los jugadores solo pueden acceder a los títulos compatibles. Plataformas como GeForce Now permiten acceder a más de 2,000 juegos en la nube, pero si el título que deseas no está en el servicio, no hay manera de jugarlo. Lo mismo ocurre con Xbox Cloud Gaming y otros servicios de streaming.
El Fin del Formato Físico
La posibilidad de transmitir cualquier juego desde la nube es un clavo más en el ataúd del formato físico. Ya no se trata solo de que los juegos estén pivotando al formato digital; es que no será necesaria una consola o un PC para jugar. Bastará con una conexión a Internet para abrir una tienda, comprar un juego y lanzarlo en la nube. Quizá Google Stadia no iba tan desencaminada.
Un Futuro sin Consolas Físicas
Microsoft parece estar dibujando un futuro en el que las consolas o el PC solo serán necesarias para exprimir al máximo los juegos. El streaming siempre acarrea compresión y algo de input lag, por muy potente que sea el servicio, así que los soportes físicos que ejecuten el software en local siempre ofrecerán una experiencia más redonda en términos gráficos.
Sin embargo, para el usuario más mainstream que no quiere gastar en una consola, no quiere comprar un PC y no le preocupa jugar en 4K a 240 FPS con ray tracing, la nube es un poderoso aliado. Con este movimiento por parte de Microsoft, el usuario dejaría de tener uno de los mayores límites del cloud gaming: el catálogo. Ahora solo falta que Microsoft mejore el bitrate de Xbox Cloud Gaming, algo que, según las filtraciones, está en proceso.
Reflexión Crítica
Nos acercamos sin prisas pero sin pausas a un futuro en el que la consola es una aplicación en la tele, en el móvil o en la tablet. Es probable que las consolas físicas no desaparezcan inmediatamente, pero que las compañías de videojuegos van hacia lo digital (véase la PS5 Pro sin lector de discos) y que la nube es cada vez un actor más importante en la industria del entretenimiento no es ningún secreto. Como tampoco lo es que las suscripciones serán una piedra angular en este nuevo escenario.
¿Estamos listos para un mundo sin consolas físicas? ¿Cómo afectará esto a la experiencia de los jugadores y a la industria en general? La reflexión crítica sobre estos cambios es crucial para entender hacia dónde se dirige el futuro del gaming.
Fuente: Xataka
Nota: IA se utilizó en la edición de este contenido.