La resistencia a los antimicrobianos, especialmente a los antibióticos, se ha convertido en una crisis de salud global. El uso indiscriminado de estos medicamentos ha llevado a que las bacterias, virus y hongos desarrollen mecanismos de defensa, haciendo que las infecciones sean más difíciles de tratar y aumentando el riesgo de muerte.
África es uno de los continentes más afectados por esta crisis. La alta prevalencia de enfermedades tropicales desatendidas (ETD), que a menudo se tratan con antibióticos, agrava la situación. Millones de personas en el continente reciben tratamiento para estas enfermedades cada año, contribuyendo al aumento de la resistencia.

La solución a este problema radica en atacar la raíz: reducir la necesidad de antimicrobianos. Una estrategia efectiva es la eliminación de las ETD. Estas enfermedades, causadas por una variedad de patógenos, pueden prevenirse y controlarse a través de medidas como la quimioterapia preventiva, el control de vectores y la mejora del saneamiento.
Eliminar las ETD no solo reducirá la presión selectiva que favorece el desarrollo de la resistencia, sino que también mejorará significativamente la salud de millones de personas en todo el mundo. La buena noticia es que ya existen las herramientas y el conocimiento necesarios para lograr este objetivo.
En conclusión, la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos debe ir acompañada de esfuerzos para eliminar las enfermedades tropicales desatendidas. Al invertir en la prevención y el control de estas enfermedades, podemos reducir drásticamente el uso de antibióticos y proteger la salud pública a largo plazo. Es hora de actuar de manera decisiva para enfrentar esta amenaza global.
Fuente: The Conversation